martes, 27 de octubre de 2009

Ironías de la vida...


El vacío me agobia nuevamente...

Luego de haber estado fingiendo sonrisas baratas por tanto tiempo, el rostro se me ha cansado, y ya no me queda nada que aparentar. Aunque en verdad, nunca hubo nadie por quien aparentar.

La vida que un dia creí tener, ya no es mas que el eco de una ilusión desmoronada, el reflejo de lo que en verdad quiero ver y no puedo, el deseo inmenso de sentir que en verdad hay algo por lo que seguir adelante.

La vida que un dia creí tener, se moldeo ante mis ojos por el poder de tu presencia, por la calidez de tu mirada, por el sincero latir de tu corazón, que en mas de una ocasión, trabajó por ambos, para que yo siguiese adelante.

La vida que un dia creí tener, existio porque existía tu vida, porque estabas tú a mi lado dándome fuerzas y esperanzas, porque no era necesario decir lo que quería, porque contigo a mi lado, exitía la alegría.

La vida que un dia creí tener, se me fue de entre las manos, se alejo de mi al mismo tiempo en que tu lo hiciste, se burló de mis lágrimas cuando te vi partir, cuando te vi cerrar aquella puerta que inundó mi existir.

La vida que un dia creí tener, ya no está. Se fue de aqui, buscando un nuevo motivo para seguir, implorando por alguien a quien pudiese hacer feliz, deseando dia a dia, que tu volvieses a mi.

Si alguna vez me oyeron decir: "La vida me sonríe, no hay mas que pedir", olviden mis palabras, porque en estos momentos solo puedo decir que la Vida... se ha burlado de mi.

Ironías de la vida, y de un penoso existir, porque la vida que creí tener un dia... se ha quedado junto a ti.


Darckangel.

viernes, 10 de julio de 2009

...Ausencia...


"La Sombra del Pasado"

Tanta duday confusión
existen dentro de mí,
que me es difícil decidir
qué camino he de seguir.

Llegaste a nuestras vidas
con deudas sin cumplir,
pero al mirar hacia el pasado
no las logro descubrir...

Cuánta elegancia, tenía tu andar...
Cuánta añoranza, tenía tu mirar...
y aún con eso, me cuesta imaginar,
que tú algún día nos podrías dejar...

Pero te fuiste de mí,
pero te fuiste de aquí,
y ya no queda más nada
como razón de vivir...

Ella te quería,
y yo te respetaba...
Ella lo sentía,
y yo la acurrucaba...

No te imaginas
cuánto daño provocas,
con esta partida
sin hija y sin esposa...


¿Podría alguien decirme qué significa tener un padre?¿Qué significa esa palabra..?

Durante años, creí que no importaba quien llevase tu sangre, que lo que realmente importaba era que la persona que te daba esa imagen "paterna" debia demostrar por ti mas afecto y preocupación que cualquier otro... pero me equivoqué.

A lo largo de toda mi vida, no corta, la única que se ha desmedido en cuidados por mi ha sido mi madre... Sólo ella ha dado su vida para que yo tenga lo mejor, porque yo no viviese lo que ella vivió. Pero como siempre le he dicho, "...a nadie le enseñan a ser madre..."

Sin embargo, y muy a pesar de todo lo que me ha ocurrido, ella ha sabido entregarme el amor que muchos me han negado, siendo siempre la primera en todo, trabajando duro para sacarme adelante, regañándome cuando era necesario.

No fuí una hija modelo como muchos pensaban, al contrario, tuve varios errores, todos y cada uno de ellos peores que el anterior, y aún así, ella continuó a mi lado.

Debo admitir que ahora me pesa su ausencia, dado que he decidido emprender mi viaje, pero no la extraño del modo en que una hija extraña a su madre normalmente, mentiría si dijera que mi madre fue alguna vez mi amiga, eso nunca sucedió, pero sí le echo en falta cuando me decía: "Hija, no importa lo que pase, usted preocupese de seguir adelante." Como me gustaría que ahora estuviera frente a mí... Nunca, de todo el tiempo que pasamos juntas, tuvimos una conversación, como se dice, "de madre a hija", mas bien éramos peleas y discusiones diarias, pero la extraño...

Jamás le dije que la odiaba, a pesar de que ella pensaba eso, nunca sentí mas que cierto rencor por el daño que yo creía que me estaba haciendo al ocultarme ciertas cosas; a parte de eso, amo a mi madre mas que a nada en el mundo. Fue ella quien me dió la vida... Fue ella quien me dio dos hermanas hermosas... Fue ella la que peleó por mi cuando la vida misma le dió la espalda...

Es por eso que ahora me encuentro lejos de ella, por "devolverle el favor"... No me podía quedar a su lado sabiendo que solo le causaría mas dolor, pues yo, en su casa, no era bien recibida... no por lo menos por el "dueño de casa".

Muchos se preguntan en qué momento se desató esta tormenta de odio entre aquél hombre al que llamé padre por tanto tiempo y yo, pero lo que nadie sabe, es que nunca fue mi padre en verdad. Hay cosas en esta vida que simplemente se callan por miedo o por evitar causar un mal rato a la persona que mas aprecias, pero que inevitablemente deben ser dichas en su momento.

Yo no lo hice, y mi silencio me acarreó muchos problemas en mis ultimas instancias en la casa de mi madre. Explotamos los dos a la vez, y como resultado, obtuve las lágrimas de aquélla a quién no soporto ver llorar.

Si alguna vez le llamé padre, ahora me arrepiento profundamente, pues no se le puede dar tal título a alguien que se aprovecha de tu cariño a tal extremo, como para estar seguro de que jamás levantarás la vista del suelo para acusarlo de algo. Pero yo no nací para estarme callada mientras él abusaba de mi y de la confianza de mi madre... tal vez el momento no fue el oportuno, pero ya no hay marcha atrás... Pagué en carne propia el precio de mi atrevimiento, alzó su mano hacia mi, con la firme intención de acallar mis acusaciones, mas no lo logró. Aguanté el mayor de los dolores físicos y psicológicos por la osadía de contradecirlo. Ninguna queja salio de mis labios mientras él se desquitaba con mi cuerpo... Lo único que podía pensar, era en cúan repugnante puede llegar a resultar alguien que antes había sido querido.

Cuando hubo terminado, le mire con el mayor odio del que era capaz de reunir en una simple mirada, aun en el suelo, con mi espalda ardiendo y mi nariz sangrando, y pensé:

"Conmigo puedes hacer lo que quieras, pero como toques a mis hermanas... te pudres, imbécil..."

Esto fue la cúspide de nuestras diferencias, ya no había ningun tipo de relación entre nosotros, ya nunca mas le volvería a hablar, ya nunca mas le vovlería a mirar... porque...

¿Cómo puede alguien, después de causar tanto sufrimiento, seguir siendo tu padre...?

- Mamá, si me voy, es por tu bien y el de mis hermanas... nada más. No quiero verte sufrir otra vez por mi causa...


Darkangel

miércoles, 1 de julio de 2009

Ruptura...



"...no quiero que vuelvas a derramar una lágrima por mi causa..."

"...esta vez seré yo quien se aleje..."

Esto es un sueño, ¿verdad? No puede ser cierto. A lo único que me había limitado era a confesarle mis temores, mis dudas, pero al momento de colgar el teléfono y luego de revisar mi email, me encuentro con estas frases... Palabras que resuenan en mi interior como los truenos en una tormenta.

Tengo frío... estoy envuelta en varias mantas, y aún así, sientoque un frío inmenso, como una brisa de invierno, se expande desde mi pecho, se filtra en mis venas y me aturde los sentidos. No puedo parar de temblar. Tengo miedo, pero ¿de qué?

Recuerdo haber estado frente al computador, petrificada, inmóvil por la sorpresa. No lo quería creer... sigo sin querer... aquél que tanto amor me juró... no, él no había escrito ese correo, era imposible. ¿Cómo, después de tanto amor y cuidados, habría querido herirme de ese modo? No lo acepto.

Ni siquiera quiero moverme. No recuerdo cómo he llegado a mi cama. Mi primo debió traerme. Debió preocuparse. Qué cruel soy, él preocupado por mi y yo sin abrir la boca. Sin decir una sóla palabra.

Escucho voces lejanas. ¿Quién es? Creo que se están acercando... murmuran cosas confusas... ¿qué quieren?

Una mano muy fría se posa en mi frente y logro entender o que dice: "La fiebre sigue aumentando". Esa voz se oye agustiada...

Otra persona se acerca. Creo. Siento unos dedoamables bajo mis ojos, luego un pañuelo fino, ¿qué es lo que está haciendo?

"No ha parado de llorar en horas" susurró la voz de unajoven afligida.

"¿Llorar? ¿Quién llora? ¿Es acaso que alguien siente tanta tristeza, tanto dolor como para llorar en frente de tanta gente?" Pobres, no saben lo que es sufrir.

Me estremecí con ese pensamiento e intenté volver a mis cavilaciones iniciales, pero... ¿por qué me molesta la compañía de estas personas? Quizás... quizás sea yo quien derrama lágrimas sin parar...

No me quiero voltear. No quiero ver sus rostros.

De nuevo la voz de esa joven: "No deja de repetir lo mismo"

¿Qué? ¿que yo repetía qué? "No me dejes sola..." respondió la primera mujer.

"Llegó el doctor" anunció mi primo. Para qué querían a un doctor, ni idea, pero ahí estaba, haciendo preguntas, examinándo lo que quedaba de mi cuerpo.

"Se está apoderando de mi...", pensé, que alguien me quite esta bruma de los ojos, no logro sentir nada... Las voces se vuelven a alejar, mis párpados me pesan, mas sin embargo, mis ojos no han dejado de soltar aquellas muestras de dolor.

Lo último que supe, fue que algo punzante se clavó en mi antebrazo derecho. ¿Qué era? ya lo averiguaría mas tarde, ahora, el cansancio me consumía.

"No me dejes sola...", pensé antes de rendirme.

Ya no tengo voluntad de nada. Supongo que me inyectaron para que me calmáse, pero ni con eso pude descansar. Mo volteé. Unos ojos ansiosos me observaban. Era todo cuanto alcanzaba a distinguir, el resto, se vió empañado por una brillantez titilante. Mis ojos se humedecían nuevamente. Aquella persona, se había alejado de mí, había decidido no hacerme sufrir más, pero él no entendía. Aún no entiende que su ausencia me duele. Que se me atraviesa como un puñal en medio de un corazón inexistente. Se había ido, llevandose con él el aire... la vida. Ahora estaba vacía.

"¿Qué hora es?", murmuré.

"Las dos de la tarde", contestó una voz a mi lado, supongo que la dueña de esos ojos tan ansiosos.

Intenté incorporarme de la cama. Tenía que ir... tenía que intentarlo... debía hacer que volviera...debía...

Un paño húmedo resbaló de mi frente, "¿Qué haces?", preguntó la voz, "Recuéstate. No puedes levantarte"

"No entiendes", regañé, "Tengo que ir, tengo que explicarle..."

"No puedes hacer nada. Aún estás con fiebre. Has estado temblando toda la noche y no has dejado de murmurar cosas. No puedes salir en ese estado" , me regañó la voz.

"Véte", le dije indiferente. Al parecer esa simple palabra le dolió, porque pude oír como salía de la habitación. Escuché atentamente, no se oían pasos en ninguna parte. La joven que había estado cuidándome ya se había marchado. Dejé pasar unos minutos. Un sonido repentino me sobresaltó, unas campanas provenientes de mi telefono. Desactivé la alarma y lancé lejos el aparato. Sabía que era hora de mis medicamentos, pero no importaba. Nada importa ya...

Mi prima no tardaría en volver, así que me levanté lentamente y bajé las escaleras. Tenía nublada la vista y creí que las piernas no me aguantarían, mas, logré llegar al teléfono de la casa. Marqué y esperé.

"¿Aló...? ¿Aló? ¿¿Aló??", esa voz sonaba molesta. Colgó.

Me quedé helada, pensando sin pensar. Viendo sin ver nada en realidad.

Decidí volver a marcar pasados unos segundos. Esperé. "¿Aló?". Dudé. "¿Estás ocupado?", pregunté casi sin voz. "Sí". Silencio. "Está bien, adiós", murmuré con ahogada. "Adiós".

Me tambaleé y me afirmé a la mesa que estaba a mi lado. Mis ojos, llenos de lágrimas nuevamente, se negaban a parpadear. Subí sin ganas, me senté en la cama y me quedé contemplando mi habitación. Me detuve en un par de peluches que estaban sobre una de las almohadas...Ya sin poder contenerlas mas, mis lágrimas comenzaron a caer.

No era cierto, no podía serlo. "No me dejes sola, por favor... no ahora... te necesito... si no estás aquí, no soy nada, no podré seguir viviendo..."

Me recosté en la cama y me aovillé lo mas que pude. Sin dejar de llorar, me volví a dormir, sin intenciones de volver a despertar...


"¿Es esto... lo que se siente...al morir...?"


Darkangel.

"...no todos los finales son felices...
...no todos saben amar...
...son pocos los que duermen...
...sin querer regresar..."

lunes, 22 de junio de 2009

Nueva Información


Mis queridos lectores y lectoras:

Estoy conciente de lo mucho que los he abandonado, pero la vida no me ha sonreído este último tiempo. Les debo una disculpa y espero de todo corazón, que la acepten.

Por otro lado, y a modo de disculpa, les dejo a continuación uno de mis escritos mas importantes, y también el mas apreciado de cuantos conocen mi historial. Espero que les guste, y también que les ayude a reflexionar.

Se despide,
Darkangel.


Búsqueda sin Fin


¿Qué maravillas
se podrían buscar,
para poder igualar
el poder de la verdad...?

¿Qué criaturas
se podrían criar,
para lograr entender
el motivo del Ser...?

¿A qué vientos
les puedo hablar,
del enorme vacío
que tiene su mirar...?

¿A qué cielo
le podría rogar,
que no me ocultara
el origen de la maldad...?

¿Cuántas estrellas
podría yo contar,
con el sólo propósito
de poder amar...?

¿Qué caminante
me podría revelar,
la cantidad de misterios
que hay en su actuar...?

¿Cómo, vida mía,
podré yo encontrar,
la fuente insaciable
que domina mi ansiedad...?

¿Con qué armas
me puedo enfrentar,
al rumbo que el destino
ha tomado ya...?

"...quien crea tener las respuestas de todas estas interrogantes, es el ser mas ignorante del mundo, pues no ha existido ningun sabio que haya logrado desvelar todos los secretos de la vida..."


jueves, 26 de febrero de 2009

¡¡Capitulo nº 6!!



Capítulo VI:

Alondra


“¿Cómo era esto posible?”

Había pasado casi toda la noche en vela y volvía a hacerme la misma pregunta como por enésima vez.

Por más que le daba vueltas al asunto, no lograba dar con el detalle que me había saltado para no haber estado prevenida ante este detalle. En especial con “esta” compañía.

Suspiré. No podía continuar un minuto mas en la cama, por lo que me levanté. Creí que por ser tan temprano, no encontraría a nadie en la cocina, pero para mi sorpresa, había una joven muchacha tarareando una legre canción mientras trabajaba la harina para hacer pan.

Intenté acercarme despacio a fin de no molestarla, pero levantó la vista en cuanto di el tercer paso.

- ¡Buenos días, señorita! – saludó amablemente – ha madrugado.

- Buenos días – respondí y sonreí un poco confusa al ver esos ojos color marrón oscuro… - disculpa, ¿quién eres?

- Perdone, señorita – se disculpó – Mi nombre es Alondra, soy la hija menor del matrimonio Donoso.

¡Vaya! Es un gusto. No sabía que Blanquita tenía una hija – respondí con alegría y luego añadí - ¿Cuántos años tienes?

- Es difícil que me recuerde, cuando usted estuvo aquí por última vez, yo estaba aun en el internado – me explicó.- Cumplo dieciocho el martes que viene.

- ¡Qué bien! – exclamé – recordaré darte algo.

- No tiene para qué molestarse, señorita – replicó avergonzada.- Por cierto, debe tener hambre, ¿quiere que le prepare el desayuno?

- Es verdad, tengo un poco de hambre…pero continúa con lo tuyo – me apresuré a decir al ver que dejaba su trabajo – de verdad, yo puedo hacerlo; y por favor, llámame Esmeralda o Esme… - le pedí con una sonrisa.

- Está bien. Gracias, señori…quiero decir, Esmeralda – se corrigió rápidamente al ver una advertencia en mi rostro.

Me acerqué a la alacena y empecé a preparar mi desayuno, pero un sobre con mi nombre captó mi atención y la muchacha se dio cuenta.

- Eso es para usted, Esme – me dijo y siguió amasando.- Don Ángel lo dejó antes de salir.

- ¿Ángel salió?

- Sí, salió poco antes de que usted bajara – respondió separando la masa en partes iguales y moldeándolas – me pidió que le dijera que regresaría tarde pero que le traería un presente.

- Como si yo quisiera algo de él… - murmuré malhumorada y aparté el sobre sin abrirlo.

- Disculpe mi pregunta Esme, pero ¿es usted amiga del don Ángel?

- Amiga es mucho decir – respondí volviendo a mi desayuno. Hablar de ese sujeto me ponía mal.

- Le pido me perdone, Esmeralda. No quería importunarla.

- No te preocupes, no es tu culpa – me disculpé.

- ¿Es entonces, que don Ángel no le simpatiza? – lo dijo con cierta incredulidad, como si eso fuese imposible.

- No se trata de eso – confesé – es solo su forma de ser conmigo.

- Pues usted parece agradarle mucho – me dijo divertida, metiendo los panes en el horno – no ha hecho más que hablar de usted desde que supo que venía.

- ¿Hablar de mí? – pregunté – aguarda… ¿Él sabía que yo venía? – ahora sí que estaba confundida.

- Sí, así es – respondió – el señor Montero llamó hace unas semanas avisando su llegada y bueno, don Ángel ya estaba aquí.

- ¿Cuánto tiempo lleva en la casa? – consulté tomando mi tazón de leche y sentándome a la mesa.

- Yo diría que un mes o tal vez más – respondió – cuando yo llegué del internado, él ya estaba instalado.

- Qué raro… - murmuré - ¿Por qué Julián no me habrá dicho nada?

- A mi parecer, era una sorpresa – comentó Alondra.

- ¿Por qué lo dices?

- Porque mi padre ha estado hablando con el señor Montero mas de lo normal y… - la chica se calló repentinamente y comenzó a poner cosas en la mesa para el desayuno de sus padres.

- ¿Y…? – le presioné.

- Se supone que no debería saber esto – dijo avergonzada – pero le juro que fue casualidad.

- Dilo de una vez – la animé – no le diré nada a nadie.

- Bueno… - empezó y bajando la vista hasta sus manos, habló muy rápido – Hace dos días, mi padre y don Ángel estaban en los establos hablando de usted, y el señor dijo que por ningún motivo usted debía enterarse de que él estaba aquí; que era por eso que el señor Montero no le había dicho nada y que todo estaba planeado para que, lo que don Ángel quería, funcionara.

- ¿Cómo te enteraste de esto? – pregunté molesta por el silencio de mi amigo.

- Porque yo estaba buscando a mi padre para que fuese a comer.

- ¿No dijeron nada más?

- Sólo eso alcancé a escuchar – me dijo y luego añadió – además, en cuanto me vieron, se quedaron callados.

- ¡Típico! – solté con un bufido. ¿Qué estará tramando?

Pero no pudimos seguir hablando, porque en ese momento entro don Gabriel seguido de Blanquita.

- ¡Qué sorpresa, niña Esmeralda! – me saludó – no creí que pudiese madrugar tanto, si apenas son las ocho.

- ¡Buenos días, don Gabriel! – sonreí – no podía dormir, así que me levanté.

- ¿Es que hay algo que le preocupa, mi niña? – preguntó afligido.

- No es nada, no se preocupe – le dije - ¡Buenos días, Blanquita! – añadí al ver que entraba en la cocina.

- Buen día, mi niña – respondió - ¿ya comió?

- Estoy esperando el pan que hizo Alondra – le respondí con una sonrisa.

- Así que ya conoció a mi hijita… - dijo amablemente – y dígame, ¿la atendió bien?

- Sí, Blanquita, no se preocupe que su hija es toda una señorita – respondí con cariño hacia la joven que empezaba a sacar el pan del horno, algo sonrojada.

- ¿Tiene algo preparado para el día, Esmeraldita? – preguntó don Gabriel.

- Tenía pensado ir a caminar un poco – le dije – quizás hasta la laguna… - una chispa de emoción en los ojos de Alondra me llamó la atención - ¿Te gustaría acompañarme? – la invité.

- ¿Puedo? – preguntó con incredulidad.

- ¡Claro! – respondí y me volteé para mirar a don Gabriel - ¿Te molesta que me acompañe, viejito?

- Para nada, mi niña – dijo amablemente – le hará bien salir un poco de la casa. Eso sí, ¡me la tiene que cuidar como hueso santo!

- No se preocupe, yo se la cuido.- y dicho esto, nos sentamos a la mesa para desayunar todos juntos.

Luego de comer, subí a mi cuarto a buscar un sombrero y salí en busca de Alondra, que me había dicho que tenía algo que hacer antes.

Mi idea de ir a caminar, era estar sola un momento, pero no contaba con esta grata compañía. Alondra me recordaba tanto a Pilar, que estaba segura de que nos entenderíamos muy bien.


Darkangel.

martes, 24 de febrero de 2009

¡¡Capitulo nº 5!!


Para todo los que esperaron pacientemente... aquí les dejo por fin el quinto capitulo con mis mas sinceras disculpas por el retraso. Mañana, para compensar la espera, subiré el sexto, asi k esten atentos ^^
Ojalá les guste...

Capítulo V:

Ángel



- ¿Segura de que estarás bien? – pregunté una vez mas a mi querida hermana.


- Esme, si vuelves a preguntar lo mismo una sola vez mas, te juro que te amarro a las turbinas del avión – amenazó con una sonrisa.- ¿Quedó claro?


- Ya entendí, ya entendí – respondí muy sumisa – solo me preocupo por ti.


- ¿Sabes? – me dijo en tono pensativo – creo que tienes razón… aunque deberías preocuparte mas por tu departamento – y luego añadió con una sonrisa traviesa - Te digo, porque habrá fiestas todos los días, habrán chicos interesados en mi, y quizás yo me interese por mas de uno, y luego les pediré que se queden a…


- ¡Ya está bien! – la atajé antes de que se desternillara de la risa.- Me quedó más que claro; estarás bien.


- Esmeralda… - me dijo con una sonrisa - ¿de verdad me crees capaz? – me miro fijamente hasta que negué con la cabeza.- Sabes que adoro mi soledad tanto como tú la tuya, es todo lo que quiero. Me hace falta inspiración, me vendrá bien estar apartada de esta sociedad por un tiempo.


- Tienes razón – la abracé y añadí muy bajito – pero pobre de ti si me llego a enterar por terceros de que estas saliendo con alguien. Debes decírmelo tú misma.


- Tranquila, que estarás de vuelta antes de que eso ocurra – me dijo con una carcajada.


- Te quiero muchísimo – dije luego de un momento de silencio.


- Y yo a ti – respondió y repentinamente emocionada, añadió – te voy a extrañar…


- Cuídate mucho, ¿sí? – asintió con la cabeza. La besé en la frente y me fui.


De verdad que la iba a extrañar. Mi estadía en España era indefinida, por lo que no tenía fecha de regreso… si es que volvía…


El lugar al que me dirigía, se ubicaba entre Madrid y Zaragoza; en el sector de Alto tajo, un espacio verde llamado Taravilla. Era una vieja casona de campo, perteneciente a mi mejor amigo, quien me la facilito cuando se entero de mis planes de viaje.

Vivian en ella un anciano matrimonio y sus cuatro hijos, y eran ellos quienes cuidaban del lugar.

A los señores Donoso los había conocido hace ya siete años atrás, pero para ese entonces, los hijos estaban estudiando aún y no alcancé a conocerlos.


- ¿Desea servirse algo, señorita? – la voz de la azafata me distrajo de mis cavilaciones. Me percate de que faltaba poco más de una hora para aterrizar y que la joven muchacha cumplía con su última ronda.


- No, muchas gracias.- Sonreí amablemente y la chica se retiro.


“¿En qué había estado pensando que el vuelo se me había hecho tan corto?”


Recordaba haber comido, dormido, escuchado música, pero no tenía memoria de haber llegado a Madrid. Luego la voz del capitán pidiendo que nos preparásemos para aterrizar, y ya estaba, nuevamente con los pies sobre tierra, en el aeropuerto, buscando a Don Caballero, que era quien me llevaría a destino; mi “chofer”.


- ¡Señorita Esmeralda! – oí una voz a mis espaldas – que gusto volver a verla.


- ¡Don Rafael! – respondí con alegría – El gusto es todo mío.


- Venga, señorita, la llevaré a casa, de seguro viene muy cansada – me dijo amablemente, tomando mis maletas y poniéndose en marcha hacia la salida. Le seguí.


Don Rafael Caballero, era un hombrecito de baja estatura, muy atento y cordial, que vivía muy cerca de la casona, pero que hacía las veces de chofer para la familia de mi amigo cuando la ocasión lo ameritaba.


Al llegar a la casa, una alegría enorme me invadió. Don Gabriel Donoso y su esposa, Doña Blanca, me esperaban impacientes y muy alegres. En cuanto dejé el coche corrí a los brazos de doña Blanca, pues era una mujer muy querida para mi, así como a toda su familia. Eran gente de corazón bondadoso, que todo lo daban sin esperar nada a cambio.


Era mediodía, así que deje mis maletas en el cuarto y bajé rápidamente para poder almorzar; lo cual le dio pie a Blanquita para criticar lo “flacucha” que estaba.


Dos horas más tarde, me puse a recorrer aquella casa que tantos recuerdos me traía a la cabeza. Aunque lo que en realidad buscaba, y casi con desesperación, era el jardín mas hermoso que había visto en toda mi vida. Una vez que lo hube encontrado, me detuve a admirarlo, pero sentí la necesidad de ser parte de toda esa belleza, así que salí. Llevaba un buen rato entre puras flores, cuando…


- No creí que pudiese existir una flor más hermosa que las que hay en este jardín – dijo una voz varonil a mis espaldas. Me volteé rápidamente y le miré – pero veo que me equivoqué – terminó la frase.


Me quedé pasmada observando al joven que tenía a pocos metros de mí. Se encontraba apoyado de manera casual contra el marco de la puerta; llevaba las manos dentro de los bolsillos de unos jeans negros a juego con una camisa blanca ceñida al pecho, que dejaba bastante espacio a mi imaginación.


El joven se me acercó y, tendiendo su mano derecha hacia mí, dijo:


- Ángel Montenegro – le tendí la mía, pero en lugar de estrecharla, hincó una rodilla en el suelo y tomándome suavemente, rozó apenas sus labios con el dorso de mi mano. Luego añadió – es un verdadero placer conocerla.


Le quedé mirando hasta que levantó su vista hacia la mía. Unos ojos azul profundo penetraron los míos, y mis labios contuvieron un grito sofocado.


- Esme… - comencé a decir cuando reaccioné, pero…


- Esmeralda del Solar – completó al instante con una sonrisa - ¿me equivoco?


- ¿Cómo sabe mi nombre? – pregunté confundida.


- Pues, nos hemos topado un par de veces antes… - sonrió y me miró fijamente para luego añadir – estoy seguro de que me recuerda, ¿verdad?


Así que era él.

Por fin lo tenía en frente de mí y no sabía que decirle. ¿Es que era pura casualidad haberlo encontrado aquí ó… el mundo era demasiado pequeño y extraño?


“¿Y ahora qué hago?” Me pregunté repentinamente desconcertada.

Cariñosamente,
Darkangel.

lunes, 9 de febrero de 2009

A mis Queridos Lectores


He de disculparme por la ausencia en el blog... Me alaga saber que muchas personas que no se habían dado a conocer mientras seguían mi historia, me han enviado mails o han dejado comentarios aquí para hacerme saber que están preocupados. Les agradezco la atención ^^

Ultimamente he estado demasiado ocupada, trabajo, estudios, escritos...en fin!
No quiero que piensen que esto no va a continuar, o que me veré forzada a cerrar el blog, para nada; solo les pido disculpas por haberlos dejado botados tanto tiempo.

Les prometo que no pasa de esta semana para subir el quinto capitulo, y a las personas que ya van en los originales, es posible que me demore un poquito mas. (deben entender que pasar los originales al pc toma un poco mas de tiempo)

Bueno, sin mas que decir que un gran ¡Gracias!
me despido de ustedes, aunque no sin antes hacer un par de comentarios a tres personas especificas:

1.- Loree: No te preocupes por lo que hiciste, de verdad me alegra saber que cuento contigo y que haya gente que se comunique contigo para saber de mi ^^

2.- Lizzy: Gracias por tus bellas palabras, de verdad me alagas... me hace sentir orgullosa de lo que estoy haciendo.

3.- My Lord: jejejej...contigo hablo siempre, o mas a menudo que con el resto...pero te doy las gracias por ayudarme con tus "correcciones"... ha sido un verdadero placer conocerte ^^

Ahora si, gracias a todos, y paciencia... que ya viene el quinto capítulo ^^

Adiós,

Darkangel

miércoles, 28 de enero de 2009

esmee...
se que no tengo permiso para escribir en tu blog x'd
pero ase mucho que no se de ti, estoy muy preocupada al igual que muchas seguidoras de tu blog.

porfavor esme nesesito saber de ti x'd te llame hace unos dias pero sonava ocupado :l insistire en uno de estos dias.

PD: amiga cuentas con migo al 100%, tienes todo mi apoyo y mi cariño ^^ al igual que gaspar :*


cuidate! ;D

[notece que trate de que la letra fuese lejible x'd]